He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
El necio cruza sus manos y come su misma carne.
Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.
Eclesiastés 4: 4-6
Tenemos edificios más grandes, pero una paciencia más corta; autopistas más anchas, y puntos de vista más estrechos; gastamos más y tenemos menos; compramos más, pero disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; más conveniencias, pero menos tiempo; tenemos más títulos, y menos sentido común; más conocimiento y menos juicio; más expertos pero más problemas; más medicina y menos bienestar.
Gastamos sin cuidado, nos reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos muy pronto, nos acostamos muy tarde, nos levantamos muy cansados, vemos demasiada televisión y raras veces oramos.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos demasiado, amamos muy poco y mentimos muy a menudo.
Hemos aprendido a ganarnos el pan, pero no la vida; hemos añadido años a la vida, pero no vida a los años.
Hemos ido y regresado a la luna, pero tenemos problemas al cruzar la calle para conocer al nuevo vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el interior;
Hemos hecho grandes cosas, pero no mejores; hemos limpiado el aire, pero hemos contaminado nuestras almas; hemos desintegrado el átomo, pero no nuestro prejuicio; escribimos más y aprendemos menos; planeamos más, pero conseguimos menos.
Hemos aprendido a apurar, pero no a esperar; tenemos ingresos más altos, pero una moral mas baja; mas alimentos y menos tranquilidad; mas conocidos y menos amigos; mas esfuerzo y menos éxito.
Producimos más computadoras para guardar información y hacer más copias Que nunca, pero menos comunicación; hemos llegado a ser grandes en cantidad, pero pequeños en calidad.
Estos son tiempos de comida rápida y digestión lenta; hombres famosos y caracteres pequeños; grandes ganancias y relaciones superficiales.
Estos son tiempos de paz mundial, pero violencia doméstica; más ocio y menos diversión; más variedad de alimentos y poca nutrición.
Estos son días de dos ingresos, pero más divorcios; de casas más elegantes y hogares rotos.
Estos son días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad desechable, sexo de una noche, cuerpos obesos y píldoras que hacen cualquier cosa, desde alegrar y aquietar, hasta matar.
Este es un tiempo cuando hay mucho en las vidrieras y poco en el almacén.
Extraído del libro: “Danos tu Gloria” – Randy Maxwell