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¡QUÉ PROMESA!

Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. 2 Pedro 1:4.

Otoniel ama a Jesús. Se dejó encontrar por el Salvador una noche de delirio, horror y sufrimiento. Lenguas de fuego y de infierno lamían su cuerpo herido, mientras se debatía entre la vida y la muerte, víctima de una sobredosis de cocaína. Sombras informes se acercaban a él, amenazadoras; figuras grotescas, fruto de su imaginación enferma.

En su desesperación, clamó a Jesús. Y recibió la respuesta. Al salir de la clínica de recuperación, era un hombre transformado. Su vida es uno de los grandes testimonios acerca del poder transformador de Jesucristo.

Lo que Otoniel no entiende es por qué continúa sintiendo ganas de hacer cosas malas, si ya está convertido. El versículo de hoy brinda la respuesta para todas las personas que, como Otoniel, tratan de andar en los caminos de Dios, pero descubren que dentro de ellas hay una fuerza extraña, que las empuja hacia el mal.

Pablo declara que hay una «corrupción en el mundo a causa de la concupiscencia». El apóstol se está refiriendo a la naturaleza pecaminosa con la cual todos nacemos después de la entrada del pecado. A esa naturaleza no le gusta andar en los caminos de Dios, y es la fuente de todos los malos deseos.

Lamentablemente, esa naturaleza nos acompañará hasta el día de la venida de Cristo. Solo entonces, «esto mortal, será vestido de inmortalidad y esto corruptible, de incorruptibilidad».

A pesar de eso, la promesa divina es alentadora: él nos librará de este «cuerpo de muerte», y viviremos en paz por toda la eternidad.

Por tanto, no desesperes. Busca a Jesús todos los días. Escóndete en sus brazos; refúgiate en sus fuerzas. El enemigo puede venir a ti, con todos los ejércitos de sus ángeles malignos, pero en Jesús estarás seguro.

El hecho de haber fallado ayer no quiere decir que hoy perderás la batalla. Todas las huestes angelicales están atentas a tu decisión. Decidir es tu parte; el resto, déjalo con Jesús. Y recuerda: «Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia».

Alejando Bullon: Pastor evangelista por más de 40 años. Residente en Brasilia, Brasil.

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4 comentarios en «¡QUÉ PROMESA!»

  1. Buen día Rafael.
    Un saludo especial para usted y su familia y el ministerio que representa ponerse al lado del que sufre y lucha tomado de la mano de Dios. Son muchos los que son atrapados tras esta válvula de escape, para inhibir sus vacíos existenciales, y es fuerte, es entrar libremente a esa Jaula, que solo Dios y la voluntad humana puede abrir. Hace 4 años, sin saber en la iglesia Santa Olga una esposa desesperada llevo a su marido, a escuchar una charla, que era su ultima opción ante su drogadiccion, Durante el llamado a cambiar, se puso en pie y dijo Yo quiero?????? Hoy el cambio debes verlo. el quiere compartir el vídeo de su testimonio, te podría ser útil, todos lo había probado, menos a Cristo. Gracias por estas lindas experiencias de amor y Redención.su nombre es Jaime Garrido y estamos leyendo el mensaje juntos, y esta llorando. Gracias Martha

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    • Hola Martita, Feliz de saber de tí y de tu testimonio. Cada día te tengo en mis oraciones y cada día pido al señor tu pronta recuperación. Las difíciles experiencias que el buen Señor no son mas que la consolidación de nuestra Fe y Esperanza del gran día que esperamos, la Segunda Venida de Nuestro Salvador. Allí estaremos esperando al Rey de Reyes, para ver su hermosura. Bendiciones

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  2. por favor oren por mi y mis hijos,..necesito fuerza para levantarme y seguir. mi vida se ha tornado un sin fin de improvisaciones que me hacen colapsar, ser trabajadora, madre, dueña de casa, hija, hermana me esta pasando la cuenta ,…solo en Jesus me refugio, pero siento que decaigo .
    que jesus proteja mi hogar, mi economia que es la mas afectada.

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    • Querida Maricel, lamento mucho por el momento que está pasando. Pero no se decaiga ni pierda la FE, oraré por Ud. y sus hijos, cada día de esta semana a las 9 de la mañana, y espero que Ud. me acompañe desde su casa, al mismo tiempo.De esta forma el buen Señor escuchara nuestra plegaria y pondrá su mano bondadosa en su hogar, el siempre escucha las oraciones sinceras y humildes de sus hijos. Mucho ánimo y grandes bendiciones.

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