«Diles: «Vivo yo» —declara el Señor Dios— «que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?». Ezequiel 33:11
Mientras estoy en casa, sin mucho que hacer, miro a mi alrededor y me parece que estoy en medio de un mal sueño, deseo despertar y me doy cuenta que eso no es posible.
Ya no veo las noticias, todas son malas, personas que sufren, enfermedad y miseria, y solo llevamos casi 90 dias.
Cada día busco respuesta en las escrituras, como cristiano que soy, y todo me lleva a explicaciones que deseo, pero que me cuesta asumirlas, Cristo está viniendo, el Señor no tarda en llegar, y pido a El que su llegada sea muy pronto, este evento en la humanidad no podrá aguantarse por mucho tiempo y las gentes no lo soportarán.
Y vuelvo a mis pensamientos, ¿es esto el resultado de la estupidez humana?, ¿es obra de Satanás?, o ¿es la mano de Dios?
Leyendo las escrituras me doy cuenta que tiene mucho de la maldad del hombre y también de las profecías bíblicas.
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En el pasado antediluviano, nos dimos cuenta que Dios se arrepintió de haber creado al hombre, la maldad creció y creció, y Dios decidió mandar una lluvia intensa por 40 días y 4 noches que las guas inundaron la tierra, solo salvaron Noé y su familia mas los animales que entraron al arca. Hay gente que no creen en esta historia pero fue real.
En las profecía bíblicas, Jesús nos dijo, que al final de los tiempos cuando El vuelva, el hombre se tornará sin amor, violento, habrán guerras, y la tierra se revelará a las ambiciones del hombre, habrá pestes, hambre, terremotos, y grande cambios en la tierra y en los hombres, la ciencia crecerá y el amor se extinguirá, las personas renegará de Dios, y los hombres y mujeres se degeneran en la esencia como Dios nos creó. Esta realidad cualquiera la puede reconocer.
Al leer el versículo de inicio, creo que esto nos lo está diciendo Dios a todos nosotros, el nos dice con mucha amor: Hijo, yo te amo, no quiero que mueras, vuelvete de tus malos caminos arrepiéntete, y luego te pregunta; ¿Por qué has de morir?
Querido amigo, creo que tu estas de acuerdo, la malas obras, la maldad, la ambición desmedida, la violencia y odio, rebasó la copa de Dios, y ya nos ha dejado libres en nuestra propia maldad en nuestra propia concupiscencia. La humanidad desató la tempestad en que estamos.
Y en esta meditación llego a esta conclusión, preparémonos para recibir a Jesús, vuélvete a El y pidamos juntos que se apiade de nosotros, que cambiaremos nuestros malos caminos para seguir por los senderos que nos llevan a El.
El salmista David nos enseñó esta oración de arrepentimiento, léela y reflexiona: (Salmos 51:9-12)
Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
Que el buen Señor guie y cuide tu andar, que todos tus caminos te guien a la salvación y a los tuyos. Amen.
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile
