“Dice el necio en su corazón:
«No hay Dios».
Están corrompidos, sus obras son detestables;
¡no hay uno solo que haga lo bueno!”
Hace un tiempo mientras paseaba por un pueblo de Castilla, España, entré a un pequeño bar a comer algo, y mientras estaba allí, un lugareño ya anciano, cercano a mi mesa, me comenzó a hablar del lugar, yo con mucha atención, escuchaba lo que me decía. De pronto, no me acuerdo porqué, alguien habló de la belleza de la luna y yo para animar la conversación, dije la importancia histórica que el hombre había llegado a la luna. Esto creo un desconcierto en el anciano, primero se rió de mi afirmación, luego de insistir dando el nombre del astronauta y la fecha en que pisó la luna, este buen hombre se molestó, como si yo un citadino venía a burlarme de un hombre humilde de pueblo. Bueno, la conversación hasta aquí llego, yo terminé de comer y me retiré del lugar.
Muchas veces cuando hablamos de Jesús y de su muerte en la cruz, o en la creación, nos aparece alguien que niega y se opone a nuestra creencias, estas personas pueden ser de a cualquier nivel socio económico, a veces intelectuales y otras veces de baja educación, pero lo que tienen en común que se oponen a aceptar nuestras creencia religiosas, per se. Algunos dicen haber leído las escrituras y otros dice que no creen en la Biblia, por tanto no la leen.
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En el libro de Proverbios 3:7, dice:
“No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;”
Muchas personas por prejuicios o por que se sienten superiores, descartan las hermosas historias bíblicas, desechan la realidad de la muerte de Jesus, y viven en un mundo sin esperanzas, rodeado de cosas materiales, que en cualquier momento desaparecen y se sumen en el dolor-
En mi larga vida, yo me he encontrado y conocido estas personas. Lo triste es que cuando a estas personas le llegan calamidades, como; falta de trabajo, enfermedad o la muerte, desean conocer al Señor, pero lamentablemente han perdido una vida plena de amor, esperanza y experiencia de la presencia del buen Señor.
Querido amigo y amiga, vuelve tus ojos a CRISTO, El nos ama, y desea siempre lo mejor para cada uno de sus hijos, y se alegra el cielo cada vez que uno de sus hijos levanta sus ojos al cielo y pide la precencia de Dios.
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Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile y adventista.
