fbpx

NO TE CANSES DE ESPERAR

En esto llegó uno llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Este hombre se postró a los pies de Jesús y le rogó que fuera a su casa, porque tenía una sola hija, de unos doce años, que estaba a punto de morir. Lucas 8: 41, 42

Una mujer cristiana se estaba quejando con una amiga de los sufrimientos de su vida, de las circunstancias difíciles que la rodeaban y de las muchas pruebas. Casi al punto de la desesperación dijo:

— Mejor hubiera sido no haber nacido. Mejor hubiera sido que Dios no me hubiera hecho.

— Pero, querida —le contestó tiernamente su amiga—, tú aún no estás hecha. Te falta mucho todavía. Apenas estás en lo más duro del proceso de hacerte y realmente lo que ahora sufres no es sino la mano de un Dios amoroso que te está dando forma, así que ten paciencia y espera.

¿Te sientes cansado de esperar? Los que esperan, al final recibirán una gran recompensa.

==> Continuar lectura:

Jesús estaba en Gadara, al otro lado del lago: «Cuando Jesús regresó al otro lado del lago, la gente lo recibió con alegría, porque todos lo estaban esperando» (Lucas 8: 40). Jairo era uno de los que esperaba el retorno del Señor. Su hija yacía moribunda y su tiempo se acababa sin que pudieran hacer nada por ella. Así que, tan pronto como Jesús llegó, vino a su encuentro y le pidió ayuda. Él tuvo que superar varios obstáculos para conseguir su milagro. El más desafiante de ellos fue la espera.

Él presentó su ruego, pero Jesús no respondió inmediatamente, y la niña murió mientras iban de camino. ¿Por qué el Señor no hizo como en la historia del centurión y dijo la palabra para sanar a la niña a distancia? Seguramente quería enseñar un principio fundamental: donde hay fe, el Señor la probará para que crezca.

La fe de Jairo alcanzaba a saber que Jesús podía sanar a su hija gravemente enferma, pero el Señor quería que avanzara hasta llegar a comprender que él también tenía poder para resucitar a los muertos. Pero para llegar a aprender esto, no había otra opción que esperar a que su hija muriera. Al final valió la pena esperar. Llegó a casa y, con una simple orden, la niña se levantó.

El mismo @Jesús te dice hoy: «No desmayes, no te canses de esperar. Quiero que tu fe crezca, vale la pena esperar y cosechar los mejores resultados». 

Edgar Redondo Ramírez nació en Santa Marta, Colombia. Ha servido como pastor y dirigente de la iglesia en Colombia durante más de 38 años.

Deja un comentario