«Y he aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.» – Génesis 28:15
Querido hermano, hermana :
Hoy quiero que tomes un momento para meditar profundamente en esta promesa maravillosa de nuestro Dios. En un mundo que cambia constantemente y donde muchas veces nos sentimos perdidos o inseguros, esta palabra llega como un bálsamo al alma: Dios está contigo.
Sí, dondequiera que vayas, Él va contigo. No importa si estás atravesando tiempos de alegría o momentos de dificultad, si estás en tierra conocida o en un lugar extraño; su presencia no depende de tu ubicación ni de tus circunstancias. Él promete guardarte, protegerte y traerte de vuelta a donde perteneces: a sus propósitos, a su paz, a su amor eterno.
Este versículo es una declaración de amor incondicional. No estás solo. Dios no se limita a iniciar una obra en ti, sino que se compromete a completarla. Él no se va a rendir contigo. Te cuidará hasta cumplir cada una de las promesas que ha hecho sobre tu vida.
Confía, aun cuando no veas el camino claro. Avanza, incluso si sientes temor. Cree, aunque el panorama parezca incierto. Su fidelidad no falla. Su presencia es real. Y su amor no se agota.
Oración:
Padre Celestial, gracias por esta palabra que me llena de esperanza. Gracias por tu promesa de estar siempre conmigo, de cuidarme y de cumplir tu plan en mi vida. Ayúdame a confiar, a descansar en tu fidelidad, y a caminar cada día sabiendo que nunca estoy solo. Amén.
Que esta promesa te acompañe hoy y siempre.
¡Dios te bendiga y te guarde!
Rafael Arriaza, Adventista, economista chileno / español.