«Clamo a ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes». Job 30:20.
¿Nunca te sentiste olvidado por Dios?
Como hombre religioso, lo que realmente le angustiaba a Job no era tanto el dolor atroz que consumía sus huesos y destrozaba su carne, ni los agravios de sus amigos, ni las burlas de los sirvientes, ni la impertinencia irrespetuosa de Eliú, ni la incomprensión de su esposa, sino el hecho de que Dios parecía haberlo abandonado. Esa era la gran inquietud e incógnita del patriarca.
En la oración de hoy se esconde la verdadera búsqueda de Job. Su clamor expresa su necesidad profunda de saber que Dios lo está escuchando, que no está solo en el universo. Es también tu clamor y el mío.
Job resiste con heroísmo la idea de que Dios no existe. No quiere abandonarse al dolor sin resistir. No quiere huir de su destino ni desea atacar a los demás por su suerte. Quiere negociar con Dios, pero no puede: «No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos» (Job 9:33).
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Tres son las reacciones humanas ante el dolor: huir, atacar o negociar. La huida es una forma de suicidio. Es abandonar el campo de batalla sin haber luchado. No hay peor abandono que abandonarse así mismo. Otra reacción es atacar al otro, echarle la culpa por su sufrimiento. Fue lo que hicieron los amigos de Job y su propia mujer: «Maldice a Dios, y muérete» (2:9). Esto es cobarde y cruel. Finalmente, queda el camino de la negociación con Dios. Fue lo que Job intentó. Por eso pide un mediador. Sus palabras expresan la necesidad que toda la humanidad tiene de un Salvador.
«Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (1 Tim. 2:5). Jesús es la más dulce y poderosa oración. Desde su humanidad, se eleva como incienso fragante ante el Padre. Te presenta ante él. Te convierte en su hijo. Y por él desciende la gracia infinita de Dios para sostenerte en la vida.
¡No estás solo! Jesús padeció el abandono del Padre para que tú jamás te sientas abandonado (ver Mat. 27:46). Fue solo al desierto para que tú jamas te sientas solo. La oración sincera y secreta destila el aroma de su presencia a tu lado.
Oración: Señor, necesito saber que me estás escuchando.
Devoción Matutina

Hermoso! Maravilloso, hevpasafo un.procesp tremendo de tratamientos para el cáncer sola incluso mi familia me dio la espalda, difícil con una pequeña de 8 años con síndrome de down que nadie quizo apoyar en.los momentos mas crueles, ahí vi al SEÑOR me sostuvo no me abandonó y me ha levantado! GLORIA a mi Rey!!
Amen, estos son lo testimonios que deseamos conocer, Dios no te abandona. Gloria a Dios!!