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AMOR INCONDICIONAL

Y amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo nuestro entendimiento y con todas nuestras fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios. MARCOS 12:33 (BLP)

Por estos días he estado recibiendo cartas de lectores que me cuentan sus problemas y nos piden que oremos por ellos, la verdad que la necesidad y los problemas han crecido en los últimos tiempos, a veces personas no entienden porqué aparecen estos problemas, y además, tampoco entienden que un desconocido, alguien como yo se interese por ayudar en sus problemas.

La respuesta es fácil, tal como lo dijo el propio Jesús, dar es mas satisfactorio que recibir. En mi época de juventud, recibí muchos favores de amigos y mis hermanos en Cristo y también del propio Jesús, esto lo he contado alguna vez y ahora lo vuelvo hacer.

A mis treinta años emigré a España, para efectuar un MBA, casi nada mas llegar, caí gravemente enfermo por una hernia cervical, estuve casi 2 meses en tratamiento intenso sin poder ir a las aulas, ¿y saben que? , mi nuevos compañeros de estudio, se molestaron en acompañarme a las cesiones de terapia, ya que yo tenía inestabilidad para caminar y además, me entregaban las notas de clases, esto amigos apenas me conocían, pero lo hicieron con gusto, ese año terminé el curso con éxito y salí de mi problema de salud, gracias al buen Señor y mis compañeros de estudio.

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Ese año de universidad fue muy duro para mí, el dinero no alcanzaba para la mantención de mi familia, mis tres pequeños hijos y mi esposa, otra vez apareció la mano del buen Señor; los hermanos de la Iglesia Adventista de Madrid, me ayudaron para hacer pequeños trabajos que me ayudaban en mi economía y muchas veces nos ofrecieron su respaldo para nuestros hijos. Este fue un buen año a pesar de todo.

En las escrituras, podemos leer muchos ejemplos de amor, Jesús nos contó la historia de “Buen Samaritano” (Lucas 10:25), donde relata como un buen hombre ayuda a un desconocido que quedó medio muerto después de un asalto en el camino.

Ayudar a un familiar o un amigo es mas fácil y comprensible que la ayuda de un desconocido, incluso puede ser mal interpretada; ¿Por qué esta persona que no conozco de nada me ofrece su ayuda?

Yo te invito desde aquí que pruebes la satisfacción de ayudar a tu prójimo, no importa quien sea, también te invito a que te unas a una Cadena de Favores, tal como aparece en la película estadounidense del año 2000, donde un niño escolar comienza una cruzada de amor, “yo te ayudo a ti, y después tu ayudas a dos mas”, curioso ¿Verdad?.

Con este principio el amor se volvería universal, el amor crecería inmensamente.

Algo mas, querido amigo, yo no soy pastor ni clérigo, soy un simple creyente que recibió un gran amor del buen Señor, con muchas bendiciones y además de muchas buenas personas, y estas bendiciones las intento traspasar a otras personas como tu mismo, en la actualidad no soy mas que un empresario de 69 años, profesional y con la idea que en este mundo que nos toca vivir, lleno de amenazas y dificultades, la luz del buen Señor llegue a ti y te conduzca por el camino del amor, la alegría y la paz.

Ahora me despido, deseándote que el buen Señor te bendiga y te guarde, resplandezca su luz en ti y seas feliz. Si deseas escribirme, que oremos por ti, lo haremos con gusto.

Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile

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