Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. 5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
Salmo27: 4-5
Que hermosas palabras y pensamiento de David en su Salmo 27. Querido amigo, ¿has estado alguna vez temeroso, sobrecogido por eventos angustiosos en tu vida?
Yo te puedo decir que sí, que sólo la mano del amoroso Señor me he salvado.
En muchas oportunidades pasamos por malos y terribles momentos donde no vemos solución. Mi mujer siempre me dice: “solo la muerte no tiene remedio”, cuando me ve aproblemado.
Todos pasamos por angustias, enfermedades, muertes de algún ser querido, el trabajo, despido, la empresa no vende, aluviones, terremotos, separaciones, un hijo en la droga, en fin graves, problemas nos acechan, así es la vida. Entonces, ¿donde acudimos?, algunos a talismanes, otros a santos, pero los cristianos sabemos bien donde acudir, a nuestro buen Señor Jesús.
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En mi personal experiencia, puedo afirmar rotundamente que mi Dios me salvó y me ayudó en muchas dificultades que se me han presentado en mis largos 72 años de edad y felizmente casado por 49 años, este año cumplimos 50 con mi querida esposa.
Los problemas son para todos, cristianos y no cristianos, la diferencia está en cómo lo encaramos, la fe y la esperanza funciona en forma diferente, mientras unos se aferran a creencias falsas, otros se aferran a las manos de Dios, y créeme El siempre responde, a veces de inmediato y otras veces no tanto. Aún recuerdo el caso de una persona sin esperanza, en la desesperación de la muerte, con un cáncer terminal. De la desesperación pasó a la esperanza y de la esperanza pasó a la aceptación, amigo, la muerte es el camino donde todos pasamos. Pero cuando la aceptamos y nuestra familia y amigos lo ven, la situación es muy diferente.
Para un no cristiano, tener un grave problema puede llegar a ser hasta una bendición, sí porque levanta su cabeza y se acuerda del buen Señor, muchos alcanzan la bendición de Dios y se entregan al camino de la salvación en estos momentos, y muchas veces la familia entera cambia su vida.
Entonces querido lector, te digo, no esperes que vengan los malos días para acordarte de tu Salvador, hazlo cada día, cada momento de tu vida, veras como las dádivas de Dios te llegan cada momento, tu actitud se vuelve positiva, alegre, tranquila, con Fe todo se puede.
Ahora me despido, deseándote todo clase de bendiciones, de amor, de mucha esperanza y de mucha fe.
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Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile
