NUNCA ES DEMASIADO PARA DIOS
En la tarde, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré. Nunca es demasiado para Dios. Su anhelo de diálogo es permanente, no le importa el cuándo, el dónde, el cómo o el porqué. Le gusta explicarnos la mecánica del universo, revelarnos las oportunidades que tenemos e, incluso, compartir secretos con nosotros. Como dice el … Leer más