«Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.« LUCAS 19:9
Querido lector, si estas leyendo este mensaje es porque dentro de ti buscas la esperanza y el amor de Jesús.
El versículo que te presento, son las palabras de Jesús a Zaqueo, un publicano (cobrador de impuestos judío), quien para poder ver a Jesús que pasaba entre la multitud y como el era pequeño, se subió a un árbol para verlo pasar. Jesús al verlo sobre el árbol le dijo: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”.
Muchas veces nosotros intentamos ver y sentir al Maestro, sabemos que cerca de El podemos solucionar nuestros problemas y conseguir la paz que tanto anhelamos, especialmente en estos complicados días que pasamos en esta tierra, nadie está libre de problemas, enfermedades, amenazas y malos momentos.
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En los tiempos de Jesús, muchas personas fueron sanadas e incluso resucitadas por el Maestro, las personas se apiñaban cuando veían a Jesús, unos bajaban por el techo, otros se escurrían entre las personas, donde estaba Jesús predicando, otros tocaban sus vestiduras y se sanaban.
Me pregunto, ¿qué harías tu para acercarte a Jesús?. La verdad es que la comunión con Jesús debiera ser de manera natural, pero nuestra naturaleza humana nos desvía constantemente de su presencia y así nos vienen los problemas, la desesperanza, el desamor. El medio que nos rodea está malogrado, vemos con impotencia que los valores que teníamos desde la cuna ya no son, el entorno se vuelve amenazador, violencia y maldad, a veces ni en nuestra propia casa no nos sentimos seguros, el agua, el aire y la ciudad está contaminada, la ambición desmedida de algunas personas nos ataca, y personas que creemos rectas y buenas agreden a nuestros hijos.
¿Entonces podemos vivir en la paz del Señor? Yo creo que sí, pero debemos estar preparados. La comunión requiere nuestra oración diaria, desde la mañana hasta la hora de dormir, además es necesario conocer el manual del vida del cristiano, esto es las escrituras, la Biblia, lo cual nos entrega conocimiento para enfrentar la vida, y en especial contra el prínipe de la tinieblas que gobierna nuestro mundo actual. El apóstol Pablo nos dice:
“12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Efesios 6:12.
Sí, gran parte de las desgracias que ocurren en la humanidad, provienen de las potestades del infierno, las guerras, enfermedades, y todo tipo de maldades a diarias que nos embargan.
Quien camina con Jesús, camina tranquilo por la vida, en sus trabajos en su familia, en su día a día, la confianza y la esperanza la lleva en su corazón con Jesús, y si en momento por los avatares de la vida, que sea en breve momento, de repente nos salen graves inconvenientes que nos separar de su presencia, entonces pide en ese momento y dile al EL: “SEÑOR NO TE SEPARES DE MI, SALVAME, TOMA MI MANO Y SOCÓRREME”. El te escuchará y te sostendrá.
“¡Cuán preciosos, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.” Salmo 36:7
Dios bendiga a ti y tu familia.
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile
