«Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
3 Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza».
Salmo 46
Que maravillosas palabras de David en su Salmo 46. En mi larga vida he comprobado que cada verso de los Salmos de David me llenan de amor y esperanza.
Querido amigo, ¿te has encontrado alguna vez en una situación que parece imposible de resolver?. Yo si los he tenido, y muy grandes y graves, problemas financieros, de trabajo, de salud, que parecía que mi vida terminaba. Sí que mi enfermedad me vencía.
En mis años de juventud, he tenido que emigrar a España, en una condición muy paupérrima, para el colmo me enfermé nada mas llegar y no fue un simple resfrío, fue mi columna cervical que provocaba problemas motores y con mucho dolor.
Pero ahí estaba el buen Señor que escuchó mis plegarias, me recuperó mi salud y además me ayudó para conseguir un empleo, y no cualquier empleo, el mejor que pude imaginar, que me sacó de mi pobreza y pude darle una buena existencia a mi esposa y mis tres hijos.
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Muchas personas no creyentes, se encierran en su dolor y no ven una salida, a veces recurren a creencias populares, a santos, a supersticiones de objetos milagrosos, y finalmente continúan a merced de sus problemas. Que fácil es clamar al buen Señor, ya que el conoce bien nuestros problemas y pedirle con fe y en oración, que solucione nuestro pesar .
En los días que vivimos, rodeados de violencia, agresividad, egoísmo y maldad es muy habitual que caigamos bajo alguna amenaza, incluso el medio ambiente cargado de polución que ataca a los niños y a los mayores. Es entonces que debemos vivir de la mano del buen Señor, quien estará presente en los momentos difíciles.
El Señor te dice: “Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre”. Salmos 55:22
Querido lector, encomienda tus necesidades al Creador, así también tu familia, ora al Señor y hazlo directamente a EL, no necesitas mediador, ni santos ni otras figuras que te hayan enseñado, Jesús es el único mediador entre tu y tu Creador.
Ahora me despido con una bendición para ti y tu familia;
“el SEÑOR te bendiga, y te guarde;
el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
el SEÑOR alce a ti su rostro, y ponga en ti paz”. (Números 6:24-26)
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Si estas pasando por un mal momento y necesitas que oremos por ti, solo pídelo y estaremos contigo.
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile
Esta publicación llena de amor y esperanza a mis días,Que Jesús los conoce … espero seguir confiando que él siempre escucha mi clamor…Gracias
Hola Abel: Nos alegra tu comentario. Bendiciones