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El Buen Soldado

Porque ninguno estamos luchando contra Poderes Humanos, sino contra malignas Fuerzas Espirituales del cielo, las Cuales Tienen mando, Autoridad y Dominio Sobre El Mundo de tinieblas Que nos Rodea. Efesios 6:12

He elegido esta imagen de un soldado herido en la batalla, auxiliado por sus compañeros entre las balas del enemigo.

¿Has pensado alguna vez en la batalla que estamos luchando a diario contra nuestro enemigo?, Creo que ya sabes quién es nuestro enemigo, este que desde el comienzo de la humanidad no ha parado de herir y matar a los seguidores de la Verdad y la Luz del buen Señor.

Pablo, que fue un romano perseguidor de los primeros cristianos, utiliza muchos términos militares en Rom. 6:13,  Efes. 6:11, “la armadura”; Fil. 2:25, “compañero de milicia”; 2 Tim. 2:3, 4,.

En nuestra cita de hoy he elegido: a  Efes. 6:12, “No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra huestes espirituales de maldad”

Así, si estamos en medio de una batalla, existen soldados caídos, y me pregunto: ¿Estamos atentos a aquellos hermanos caídos?, por desgracia después de muchos años de estar en nuestra Iglesia Adventista, me doy cuenta que esto no es así. Cuando un hermano que vemos cada Sábado en nuestra Escuela Sabática, no llega, nadie lo llama para saber si todo está bien. A veces, el hermano falta una y otra vez, incluso puede que no venga más, y nuestra iglesia va mermando.

Esto lo cuento en mi propia experiencia, los embates del enemigo a veces son muy certeros y agresivos, que nos hacen caer en nuestra fe, entonces es importante la visita de nuestro hermano que nos acompaña, cura nuestras heridas y dar fuerza para seguir en la lid.

Agradezco personalmente en este mensaje al hermano Cesar Romero quien me visitó inesperadamente en momentos muy bajos de mi existencia, el hermano, quien vino a mi casa con toda su familia, sin saber, me reanimó y rearmó para no desfallecer.

Así lo digo sin ninguna vergüenza, yo que llevo muchos años en la Fe he estado a punto de dejarlo todo, el enemigo no me ha dado tregua, graves enfermedades me ha debilitado, una tras otra y las explico aquí con sólo el ánimo que mis hermanos entiendan lo que le puede ocurrir a cualquiera.

Desde mi grave enfermedad a mi columna, que me impedía caminar, hice votos de antes de entrar al quirófano el pasado año 2012 y le ofrecí trabajar al Señor en tiempo total por  difundir su palabra. Pensando que ya estaba bajo el amparo del buen Señor, me puse a trabajar intensamente en mensajes y a preparar un plan de difundir la Vida Sana de la hermana White, sin embargo, caí en una nueva enfermedad mientras trataba de salir del enorme dolor que me significó rehabilitarme de la operación, resultó que caí a urgencias por una Embolia Pulmonar Profunda, es decir, con peligro de muerte. Así estuve en tratamiento por varios meses y mientras me reincorporaba en el centro médico MEDS el pasado mes de Enero, una masajista, me torció gravemente mi cuello, creando una nueva y grave lesión cervical, esto a los pocos meses de salir de la embolia pulmonar.

Quiero decir hermanos, que aun así no he parado de trabajar, pero en los meses posteriores volví a caer con una nueva enfermedad, debido a la cantidad de fármacos ingeridos mi estómago se debilitó, y me encontraron una bacteria llamada Helicobacter pylori, si no te tratas esto termina por matarte, así que asumí esta nueva realidad. Pero con el tratamiento y mi bajas defensas, al terminar el tratamiento, me aparece otra nueva dolencia esta vez en el intestino, otra bacteria llamada, Clostridium difficile, esta es casi peor a la anterior enfermedad, lo cual me impidió asistir a la iglesia. Con todas estas enfermedades mi animó decayó y también la de mi querida esposa, quien al verme tan desvalido,  calló con una depresión profunda, ahora la veo callada, triste y muchas veces llorando.

Queridos hermanos, les pregunto, ¿Dios me está castigando?, según el hermano Cesar Romero, no, estas son las duras pruebas que me pone el enemigo para claudicar.
Sin embargo aquí viene la otra interrogante, ¿Se han preocupado mis hermanos de auxiliarme?, la terrible respuesta es NO. Sólo un hermano de otra iglesia lo hizo, y le gradezco al buen Señor que lo envió.

Todo lo que quiero decir, es que la Iglesia sin amor, no es Iglesia ni tiene la bendición de Dios, tal como muestro en la imagen del soldado caído, así debe ser la unión y preocupación por los hermanos de nuestra Iglesia que dice ser los testigos de los últimos tiempos.

Espero que este mensaje que envío nos haga reflexionar positivamente y termino diciendo, que Dios bendiga e ilumine a  sus miembros y que su obra se expanda por todo el universo en un auténtico amor cristiano. Este es mi deseo y oración, amen.

Rafael Arriaza 

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