Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.
E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Genesis:24-25
Es una tarde cálida de verano, sentados en el living de mi casa, con Sandra, su hermana y yo, veíamos como nuestra querida y hermosa perrita, de nombre Hermosa, caminaba a nuestro lado. Hermosa era una perrita maltesa, el orgullo de mi esposa, en los años que pasamos con ella nos llenaba nuestro corazón, tan tierna, tan bella, tranquila, obediente y muy limpia. Nuestra hija, que es veterinaria nos loa había regalado, llegó pequeñita, con poco pelo y algo enferma y débil.
Este verano era el número 16 que pasábamos con Hermosa, ella siempre al lado de Sandra, dormía cada noche con ella, ¡Que felicidad! Recuerdo que unos años anteriores, se nos perdió, un mal vecino de nuestro vecindario la cogió desde nuestro jardín y se la llevó.
Mis hijos, yo y mi esposa y la nana, la buscamos todo el día, la llamábamos, pusimos su fotografía por el vecindario, en parque, en los árboles, en el supermercado, en las clínicas veterinarias y nada, cada día durante una semana la buscamos, pero no aparecía.
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Un día llego mi sobrino, Iban, y nos dijo con mucha seguridad, no se preocupen, aparecerá. Así que Iban oró con nosotros. Al día siguiente, cuando no estaba en casa, recibí una llamada telefónica, alguien me dijo que la había encontrado a mi perrita, y la llevaría esa misma tarde, y así fue, un chico la traía en sus brazos, ella venia mal, decaída y sucia, pero cuando nos vio, inmediatamente se animó, el niño que la trajo no aceptó dinero y se fue muy contento, había hecho una hermosa obra, siempre estaré agradecido.
Años después de este evento, y vuelvo al inicio de mi relato, mi querida perrita la había visto una veterinaria, la examinó y me dijo muy tristemente, que Hermosa tenia un soplo al corazón y que tendría poca vida, y así fue, al día siguiente mientras conversábamos con mi esposa y cuñada, le perrita camino hacia nosotros, nos miró y se desmayo, en ese momento murió. Me parece que en u mirada ella esta despidiéndose, este recuerdo me pone muy triste y me caen las lágrimas. En casa no podíamos conformarnos, lloramos todos por mas de una semana. Me pregunto; ¿podríamos encontrar a Hermosa en la nueva tierra?
Querido amigo, los animales creación de Dios, todos son lo mejor que nos dio el Jehová, da mucha pena el maltrato, el abuso y violencia hacia ellos. Quizás lo mejor de la creación, para mi, son lo perros, son tiernos, inteligentes, muy leales, saben cuando estamos tristes o alegres, nos defienden y son como nuestros hijos. Alguien dijo: “los perros los creó Dios para enseñar a los hombres: la amistad, la humildad, fidelidad, amor, lealtad y ternura”
Doy gracias a mi buen Señor que nos dio esta hermosa perrita, nos alegró el corazón por muchos años.
Espero querido lector, que este relato sea bueno para tu alma, y desde aquí pido a nuestro Dios, que te bendiga y guarde, junto am tu familia.
Rafael Arriaza, es chileno, ecomomista y adventista.
