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Eres una Obra Maestra

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe;
esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras,
para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.

Efesios 2:8-10

 En los museos del mundo se encuentran las obras de grandes artistas. Debido al costo elevadísimo que casi la mayoría de ellas tiene, es posible admirarlas únicamente desde  los nichos en  los que han sido  resguardadas. O a veces está marcado un espacio limítrofe desde el cual se las puede admirar.

Al menos nueve millones de personas contemplan cada año la más considerada obra maestra de Leonardo da Vinci, la Gioconda, también  conocida como La Mona Lisa, que se encuentra en el museo  del Louvre en París. Esos visitantes pagan alrededor de cincuenta euros  para llegar a la sala en donde está exhibida la famosa pintura, indudablemente una joya del arte.

Pero existe una obra maestra  más excelente  que  la Gioconda, y eres tú, pues saliste de la mano del Artista divino. Eres una magnifica creación,  no solo de sus manos, sino también de su corazón. Has sido dotada  física, espiritual y emocionalmente con facultades semejantes a las del Creador. Esta evidencia la encontramos  en   el Sagrado Libro, cuando el propio Dios expresó: «Hagamos al ser humano  a nuestra imagen y semejanza» (Gen. 1:26).

Han pasado más de quinientos años desde que la Gioconda nació de la mano de Da Vinci, y ha sido restaurada varias veces. Pero aún su enigmática sonrisa sirve de inspiración para muchísima  gente.
Tú, que eres una obra de arte de Dios, tal vez también  necesites una restauración. Puede ser que el paso de los años haya borrado los rasgos hermosos que Dios te dio al ser creada; en tal caso, clama con el salmista: «Restáuranos, oh Dios; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos» (Sal. 80:3).

La restauración que Dios nos ofrece va más allá de la simple «reparación terapéutica». Cuando  el Señor nos restaura  nos hace nuevas.  Puede hacer surgir en nosotras motivos  nuevos, expectativas  diferentes, esperanzas frescas y un  renovado deseo de vivir. No hemos sido creadas para ser exhibidas en un museo, sino para mostrar  al mundo, por medio de nuestras vidas, la gracia infinita  de Dios, y también para ser una  fuente de inspiración para todos los que nos observen.

ERNA ALVARADO  es  especialista  en educación primaria   egresada de la universidad Católica de Chile. Se licenció en  psicología  educativa en  la universidad de Montemorelos. México y completó una  maestría en relaciones familiares en la misma universidad.

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