Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:5-6
Nuestro mundo se ha transformado en un medio confuso y difícil de seguir. Los valores han cambiado, lo bueno ahora es malo, las ideas y valores ahora son obsoletas, las autoridades son cuestionadas, ya nada es creíble. Sin mas escuchamos a las autoridades eclesiásticas calificar de “errores” a las graves faltas de abuso sexual de los menores y adolescentes de este país, y así mismo los gobernantes ocultan sus principios cristianos aprueban leyes contrarias a los mandatos y principios sólo por obtener votos.
Entonces, ¿cuál es el camino que debemos seguir los cristianos que esperamos por una vida mejor?
Cuando tu naciste, Dios te entregó una hoja en blanco, donde tu escribirás tu vida y continuará hasta tu muerte. Muchas veces nos encontramos en la disyuntiva, qué hacer antes diversas situaciones que marcarán tu existencia. ¿Qué camino seguir?
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Jesús nos dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Y al ver que sus discípulos se entristecían continuó diciendo:
“15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
En estas palabras nos está diciendo cual es la forma de encontrar su camino que nos lleva a una vida grata y además a la vida eterna: Guardar sus mandamientos, nos ampara con el Consolador, esto es el Espíritu Santo, y El morara entre nosotros.
Jesús mismo no dijo: (Juan 15:7)
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” Muchas veces nos encontramos en la encrucijada de un problema que nos aqueja, perdido el trabajo, estamos enfermos, o se enfermó mi pareja mis hijos, alguien cayo en la droga o el alcohol, nos deprimimos vemos un futuro triste e incierto, un túnel sin salida y ¿a quien acudimos?, por supuesto a nuestro buen Señor.
Sabes mi querido amigo, la mejor oración es cuando estamos en presencia del Espíritu Santo y esto se consigue solamente cuando estamos pegados a Jesús,
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.” (Juan 15:4)
Aquí Jesús se refiere a los pámpanos de la Uva.
Entonces querido lector, volvemos al principio, en un mundo confuso, sin amor, y peligroso, mi consejo es, mantente cerca del buen Señor, lee las escrituras y mantén tu FE, esto es con el conocimiento que nos da el manual de vida, La Biblia y por supuesto con la oración en todo momento. Tu vida será diferente y grata como grata también a los ojos de tu Creador.
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile