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LA CONSENTIDA DE DIOS

Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salvación
(Salmo 68:19).

Dios me ha prometido en su Palabra · que «nada me faltará». Mi querida hermana, ¿sabes algo?, yo no tenía nada en mi casa, ni siquiera muebles. Un día, al ir de paseo con mi esposo por el campo, él se detuvo para ver un juego de mesa. Lo vendían en cien dólares. Le dijo al dueño que tenía solo cincuenta. Aunque era mucho menos de lo que pedía, aceptó la oferta. Gracias a Dios tengo el juego de mesa. En otra ocasión, mi esposo ayudó a hacer una mudanza y le regalaron un juego de muebles para la sala.

Cada vez que voy a pasear al campo me encuentro en las ventas de garaje una mesita, un cuadro, un juego de platos … en fin, algo que necesito. Dios ha adornado mi casa con todas las cosas que me ha regalado.

Un día, cuando me mudé a mi nuevo apartamento, le dije al dueño de la casa que no se preocupara por la cocina, porque yo iba a comprar una nueva. Pero pasaron dos meses y no había podido comprarla. Le dije a mi esposo qué tipo de cocina necesitaba, porque yo hago bizcochos [pasteles] para vender. El precio de la cocina sería de unos 500 dólares.

Un domingo salimos de paseo y vimos una cocina a la orilla del camino; entonces mi esposo me dijo:

-¡Mira, una cocina, vamos a detenernos para verla!

-Oye, eso es una vergüenza, por favor- le dije.

Pero mi esposo no atendió mi parecer y se detuvo a mirarla. Al verla de cerca me dijo:

-La cocina está buena y nueva. Es la que tú deseas.

Aún así, no la quise y nos fuimos. El lunes de tarde, él me llamó del trabajo y me dijo:

-¿Sabes algo? He estado todo el día pensando en la cocina. ¿Crees que puedo ir a buscarla?

-Yo también he estado pensando en ella; ve y búscala -le dije.

Así lo hizo. Cuando mi esposo limpió la cocina, noté que estaba completamente nueva. Llamé a mi amiga, Angie, y le conté lo sucedido. Ella me dijo: «Tú eres la consentida de Dios. Él te ha dado todo lo que tú necesitas.

Ahora te regala una cocina nueva».

Agradezco a Dios por lo bueno que ha sido conmigo y porque me ha mostrado que él siempre cumple sus promesas.

Estimado amiga o amigo, ¿estas pasando por un mal momento? Si deseas que oremos por ti, sólo escríbenos, estaremos muy contentos de ayudarte.

AUTOR: Aida Lopez

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