Cautivaste mi corazón, hermana y novia mía, con una mirada de tus ojos.
Cantares 4:9, NVI.
El amor tiene un extraño don: transforma a las personas y no solo les hace ver la realidad de una manera distinta, sino también perciben a la persona que aman con otros ojos. La mirada de amor también transforma.
Como dijera Fedor Dostoievsky: «Amar significa ver al otro tal como lo ha pensado Dios’: El que ama mira de una forma distinta. Su mirada redime al más perverso de los seres humanos y descubre en el individuo lo que solo el amor puede descubrir.
¿Por qué el amor percibe distinto? ¿Qué hace que los enamorados puedan sacar lo mejor de sí mismos y del amado? ¿Por qué razón el que ama siente que su ser amado llena todas sus expectativas? Por una razón muy simple: el amor no se concentra en las falencias sino en las virtudes. El amor no mira la falla sino que exalta la bondad. Y ese acto de observación positiva hace que las personas que se saben amadas deseen fervientemente responder a esa mirada llena de optimismo y confianza.
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Por esa razón, el amor solo puede producirse en el contexto de una relación en la que prime la bondad y la confianza; en otro contexto, simplemente no puede crecer.
Aquellos que se han acostumbrado a criticar y siempre tienen una palabra negativa para quien dicen amar, en realidad, no aman. El amor no desconoce lo que no está bien, pero no es eso lo que constituye la esencia de su vida, sino las características positivas del ser amado.
Sucede una situación paradójica y extraña en la vida de todos los seres humanos. Cuando somos solo criticados y se nos está constantemente recordando cuán malos o equivocados estamos, las personas nos adormecemos y no tenemos ni deseos ni entusiasmo para intentar algo diferente. Sin embargo, cuando los que están a su lado se concentran en el aspecto positivo de sus vidas, normalmente las personas responden en una búsqueda constante para modificar y descubrir las mejores formas de actuar.
Es lo que hace Dios con el ser humano. Su mirada transforma y su forma de tratarnos hace que deseemos ser mejores.
Una pareja no puede construirse bajo la premisa de la crítica constante. La mordacidad y la palabra agria dicha a quien se supone que amamos simplemente asesina cualquier posibilidad de amar.
El amor tiene una mirada distinta. Nos ve como nos ve Dios: criaturas preciosas, únicas, insustituibles y valiosas solo por el hecho de ser.
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¿Estás tratando a tu cónyuge de tal modo que tu mirada de amor pueda redimir? ¿Exaltas lo mejor o lo peor de la persona que dices amar?
Miguel Ángel Núñez: Escritor – Conferenciante – Orientador y mediador familiar – Docente y Teólogo. Chileno / Argentino, Profesor universitario. Ha dado clases en Chile, Argentina, Perú y México. Ha sido profesor invitado para universidades de Colombia, Ecuador, Venezuela, España, EE.UU. y El Salvador. Ha publicado a la fecha 54 libros en castellano, inglés y portugués.
Buen día. Mi pregunta es. Cual es el resultado al final. Dé aquellos matrimonios que No cambian sus malos actos por favor???
Martha, gracias por tu pregunta, creo que en tu pregunta está implícita la respuesta, esta pareja se aproximan al fracaso, al término de su unión, lo cual es siempre muy dolorosa para ambos, con sus hilos incluidos. Bendiciones.
Amor al prójimo, es como lo mismo, dar y dar y así tbn se recibe, según lo q das recibes. Esa frase, piensa + con la cabeza q con el corazón, x qé?! Y x qé el amor lo comparan con el corazón?…. Saludos y bendiciones.