Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Hechos 3:1
Querido amigo, siempre me llamó la atención la vida de Pedro, un hombre rudo, quien siguió a Jesús y fue un cristiano lleno del Espíritu Santo. Un buen día mientras iba con Juan al templo llamado la Hermosa, observo a un cojo de nacimiento en la puerta del templo, quien extendía sus brazos por una limosna, entonces Paulo le dice: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”. Y sigue el relato bíblico: “Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios”.
Hoy me pregunto, cuantos lisiados del alma requieren que venga Pedro y le diga; “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te lo doy”. En este mundo que nos ha tocado vivir, lleno de maldad y egoísmo, existen muchas personas sin poder levantarse de su mala situación, nunca nadie les tendió su mano, nunca nadie le habló de Cristo, nunca supieron del amor de Dios, viven sumidos en una dura ignorancia, sin fe ni esperanza, sin saber que existe que muy cerca está la mano del buen Señor que le ofrece una mano para ponerse en pie y volver a la vida llena de amor, esperanza y fe.
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¿Estamos los cristianos preparados para hacerlo?, ¿Tenemos la voluntad de ayudar al prójimo?
En el mundo que vivimos, con la vorágine que estamos sumidos, escasamente nos da la voluntad y el tiempo para mirar al lado. Entonces querido amigo te digo desde estas líneas cada día da gracias por tu buena fortuna si estas bien y toma tu tiempo para ayudar al caído, te garantizo que Dios en su momento te lo gratificará. Si por el contrario estas pasando por un mal momento, extiende tu mano y pide ayuda, si nadie se ha acercado, escríbenos y con gusto te daremos la ayuda que esté a nuestro alcance.
Me despido y te digo, que el buen Señor te guie y te guarde y ponga sobre ti su misericordia y te dejo este pensamiento: “La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella”. Proverbios 10:22
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile