Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 5:20)
Algunas personas tienen la tendencia a quejarse y a lamentarse por la más mínima cosa que les suceda o les falte. Si llueve, les molesta; lo mismo si el sol calienta demasiado, o si acaso hay mucha brisa; o tal vez porque el aire no corre.
El espíritu de gratitud es un don que debemos solicitar del Cielo. Algo maravilloso es levantarnos en la mañana y ver, oír, oler, tocar, gustar y palparlo todo a nuestro alrededor. ¡Cuánta alegría y satisfacción debería causarnos escuchar el trino de los pájaros, así como la oportunidad de entornar alabanzas al nombre de nuestro Dios!
Motivo de gozo es, también, la oportunidad de darles un abrazo a tus hijos, a tu esposo, a tus padres, en caso de que los tengas. Igualmente, lo será brindarle una sonrisa a quien encuentres en el camino.
Por lo anterior, y por muchas otras razones, agradece al Dios Todopoderoso sus bondades, ¡incluso da gracias por la adversidad!
==> Seguir Lectura:
¡Es maravilloso tener los brazos abiertos, cuando hay tantos mutilados.
Ver la luz del sol, cuando hay tantos no videntes.
Cantar alabanzas cuando hay miles que son mudos.
Gracias por tus manos trabajadas, cuando hay tantos que mendigan.
Es maravilloso volver a casa, tantos hay que no tienen dónde ir.
Gracias Señor por el don de sonreír, de soñar, cuando hay tantos que lloran.
Es maravilloso tener un Dios en quien creer, cuando hay tantos que no tienen consuelo ni fe.
Señor, tan poco es lo que nos falta, ¡y tanto por lo que tenemos que agradecerte!
Mira a tu alrededor y verás que eres muy privilegiada al tener en abundancia lo que a muchas otras personas les falta. Dejarás de compadecerte cuando entiendas que todo lo debes al Creador del Universo, a nuestro Padre Celestial.
Señor, quiero agradecerte esta mañana por la vida. Gracias por mi familia, por los talentos que poseo, porque me has adoptado como tu hija. Ayúdame a tener un corazón lleno de gratitud hacia ti.
Extraído de Matutina Adventista, Griselda Chagona de Urbano