Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber;
fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Mateo: 25:34-35
Por estos días, he conocido personalmente a mi nuevo amigo y ahora colaborador, Atilio Britez, el es un joven de 30 años, natural de Paraguay quien vive en Madrid.
Atilio es un joven extraordinario, se ve en él la mano de Dios, él vivió desde pequeño por las circunstancias de la vida y por la separación de sus padres, en las calles de Buenos Aires, en las villas miserias de esta gran urbe, dónde no existe ley y donde la policía es incapaz de ingresar.
Así vivió entre la pobreza, y la maldad de las calles, en un principio vendía bebidas por las calles, pero posteriormente según creció entró a la inevitable vida de la delincuencia, entre robos, asaltos, droga, y la mafia de las calles. Donde todo vale bajo la ley de las armas.
Mientras fueron pasando los años, se aumentó su capacidad delictiva, se pasó del uso simples navajas a poderosas armas, desde el robo de bicicletas, al robo de autos y de blindados. Finalmente su vida paró en las cárceles, entre celdas de castigos, azotes, y la ley del mas fuerte que impera en estos recintos. El uso de los cuchillos y lanzas habituales en las cárceles era su medio de vida, dónde todo se consigue en la habilidad de los estoques y la fuerza bruta. Si quieres comer, usar una silla, ocupar un lugar, debes ganarte antes un respeto en el medio.
Atilio comprendió tardíamente, que su vida se había convertido en un infierno, y allí se acordó de las palabras de su abuela, con Dios todo es posible. Mientras estaba en su celda de castigo después de muchos días allí, dobló sus rodilla y pidió al buen Señor que lo librara de esto.
En los días siguientes, la vida de Atilio no fue mejor, pero apareció en él un brillo de esperanza, las señales del buen Señor, empezaron a manifestarse en el, así volvió a la lectura de la Biblia y además, a enseñárselas a sus compañeros de la cárcel.
Atilio fue condenado a 8 años de presidio, sin embargo él salió a los 4 años por la gracia de Dios.
Hoy Atilio es un empresario en Madrid, tiene un importante cargo dentro de la Iglesia Adventista de Alenza en Madrid, además su tiempo fuera de la Iglesia lo utiliza para visitar a los presos de España, creó un ministerio carcelario, y dada su increíble experiencia, el escritor Álvaro García Mohedano escribió un libro que llegó a ser un best seller en 14 paises, su título es, “HIJO DEL TRUENO”.
Con todo lo anterior, este servidor junto a Atilio y Álvaro, decidimos crear una fundación de ayuda a los presos y sus familiares, su nombre: FUNDACION TRUENO, en esta fundación Atilio es la piedra angular, no hay quien no se conmueva antes los relatos de su vida y el milagro se su conversión.
Si quieres conocer a Atilio, el estará en el culto de la Iglesia Adventista de Libertad mañana Sábado 7, y después con los jóvenes de la Iglesia Evangélica de Los Olmos, en Talagante las 18:00 horas, posteriormente estará en la Iglesia Adventista de Colon Oriente, el Sábado 14 de este mes, ademas concurrirá al Canal evangélico en el día Lunes, (99).
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Si deseas conocer mas de la Fundación Trueno y colaborar con nosotros, te invitamos a visitarnos en: www.fundaciontrueno.org.