«Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre». Proverbios 5:18-19
Hace unos pocos días atrás, celebramos con mi querida esposa 44 años de casados. Para muchas personas podría ser mucho tiempo, para un joven toda una vida, lo cierto que para mi ha sido un tiempo corto.
Aún recuerdo cuando conocí a Sandra mi esposa, fui a su casa por que su padre, quien trabajaba con mi padre me ofreció un tocadiscos, llegue a su casa, toqué a la puerta y sale una hermosa jovencita de pelo rubio, hermosos ojos verdes y de hermosa sonrisa. Bueno, me dejó inmediatamente enamorado a mis cortos 17 años y todas mis atenciones fueron para ella, la visitaba cuantas veces podía, y finalmente me aceptó como su “pololo”.
Pasaron pocos años, yo aún no terminaba mi estudios superiores, cuando decidimos casarnos, ¿para que esperar mas?, nos queríamos y eso bastaba, «contigo pan y cebolla», tal cual, me case a los 21 años, y cada día agradezco el buen señor la compañera que me dio.
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Si te cuento todas las cosas buenas y malas que hemos pasado juntos, no me lo creerías, los tres hijos que tuvimos y la dureza que se nos presentó en la vida, no fueron nada con la dicha de estar siempre juntos. Yo terminé mis estudios gracias al apoyo de ella, yo estudiaba y ella sostenía la casa, emigramos a España, crecieron nuestros hijos en este país y con todas las dificultades que significa ser forastero en un nuevo país, Dios siempre nos bendijo y nos mantuvo unidos con mucho amor.
Hoy, cuando ya somos mayores y llamados como tercera edad, caminamos juntos, no con la rapidez de nuestra juventud, mas lentos pero juntos. Sí, hemos tenidos problemas graves que en momentos nos hemos alejados, pero siempre volvemos juntos con la alegría en nuestro corazón.
¿Cuarenta y cuatros años?, no fueron nada, ya quisiera otros cuarenta y cuatros años mas y porqué no, toda una eternidad para disfrutar de mi esposa en compañía de mis hijos, dado que volvimos de España y nos acostumbramos a conocer lugares, además que Dios nos bendijo en nuestro trabajo, donde mi esposa también trabaja, continuamos viajando a hermosos y lejanos países y nos re-encantamos en nuestra unión.
Querido lector, te invito a disfrutar una vida plena con tu pareja, y, que las dificultades de este mundo no enturbien tu unidad, que tu amor madure casa día mas y se consoliden. Por esto no te olvides en tus oraciones diarias pedir la bendición del buen Señor.
Desde aquí te digo, que Dios te guíe y te guarde y ponga en ti paz.
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile
Un bonito testimonio de como el verdadero amor en el matrimonio puede permanecer para siempre, a pesar de las contrariedades de la vida. Dios es feliz y bendice a la pareja y a sus hijos, que todos juntos forman una familia unida por el amor que viene del Cielo. ¡Enhorabuena, queridos Sandrita y Rafael!
Mari Carmen, gracias por tu hermoso comentario, bendiciones.