Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Juan 15:13
En los días cercanos de la Navidad, no puedo dejar de emocionarme antes los hermosos recuerdos de mi niñez. Arreglando el árbol navideño junto a mamá. Las luces, los regalos al pie del árbol de Navidad, papá preparando el ponche y la comida.
La Navidad siempre fue en familia con una muy buena comida. Muchas veces venían los hermanos de papá y pasábamos todos en familia con mis primos y tíos, eran muchos y disponíamos de una enorme y larga mesa. ¡Que recuerdos!!…
Al pasar el tiempo, nos hicimos mayores y cada uno siguió su vida por separado, cada hermano se casó, tuvo su familia, y la familia ya no estaban juntas, aún mas, cada hermano siguió su vida lejos en otros países, Álvaro se fue a Venezuela, Bernardo a Barcelona y yo al final salí para Madrid, llegaron los tiempo amargos de la dictadura, que nos obligaron a busca mejores opciones.
Mis padres y mis suegros quedaron aquí, no me imagino las Navidades que pasaron.
¿Sabes querido amigo?, hoy me pasa lo mismo, mis hijos ya crecidos, cada uno hace su vida solo, así, Rodrigo vive en Barcelona, Paola se va al Sur con su marido e hijas, y Italo, el mayor, se casó con una chica peruana, Aracely y se van a pasar la Navidad con su nueva familia. En fin, ley de vida. Nada que hacer.
Sin embargo después de este preámbulo, quiero contarte mi primera Navidad en Madrid. Como ya lo he contado anteriormente, llegue a Madrid a hacer un curso de postgrado, un año a tiempo completo. Así no podía trabajar y yo con mi familia de tres hijos mas mi querida esposa, me buscaba la vida entre el estudio y haciendo trabajitos de todo tipo, vendiendo en el rastro los fines de semana, sacando fotos, vendiendo libros puerta a puerta, cualquier billetito nos servía para en día a día, pero el 24 de Diciembre de mi primer año en España, estaba sin una peseta en el bolsillo. Ni siquiera para la cena de navidad y menos para los regalos de mis hijos. Así, salí a buscar para hacer cualquier trabajito en alguna casa de un barrio residencial de gente acomodada. Me decía para mi, quizás ayude para sacar la basura, quizás para ayudar alguna anciana con sus regalos al coche, o quizás alguien desee sacarse una foto, pero nada.
La gente pasaba muy rápidamente, todas vestidas muy bien y con hermosos abrigos en lujosos autos. Al final me dieron las 8 de la noche, era de noche y estaba muy frío, casi para nevar, ya cansado y desanimado me senté en una fría banca de concreto. Agobiado me levanté las solapas de mi abrigo sin saber que hacer, la tristeza me apretaba la garganta, deseaba gritar o llorar, nunca había pasado una Navidad así.
Finalmente, decidí regresar al hogar, iba a paso cansino, casi sin deseo de llegar. ¿Qué le iba a decir a mi familia que me esperaba? ¿Cómo estaría Sandra mi esposa?, así, fui caminando lentamente hasta llegar a mi departamento en un tercer piso, toqué a la puerta, sin ganas de ver la cara de mi esposa, y, ¿sabes que?, cuando vi a Sandra con su cara sonriente y muy feliz me quedé sorprendido. ¿Porqué tanta felicidad?
Casi sin palabras ella me mostró un hermosa cesta de Navidad de muchos niveles, estaba repleta de alimentos, mazapanes, polvorones, mantecados, turrones, juguetes para nuestros hijos, y además, la mesa servida con exquisita comida navideña. ¿Cómo había acontecido este milagro?, muy simple. Mis hermanos de la Iglesia de Alenza se acordaron de nuestra familia, esto fue un autentico milagro en Navidad, que devolvió la alegría y la esperanza a nuestros corazones. Quizás mis hermanos de la Iglesia de la calle Alenza en Madrid, ya no se recuerden de este episodio, pero yo sí, siempre lo llevo entre mis mas hermosos recuerdos y siempre daré las gracias a nuestro buen Señor que nunca me ha abandonado. Así querido amigo, los milagros existen, mas cuando estás cercanos a personas cristianas de buena voluntad, esos amigos y hermanos que les rebalsa el amor, entonces te digo desde aquí con emoción; ¡Alabado sea Jehová!
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile.
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Que hermoso relato;es por eso que cada dia amo mas y mas a Mi Señor,yo lo unico que le pido a Nuestro Señor ,es poder tener mi casa propia,ya que en la que vivo es de tres hermanas;es decir dos mas y yo,ha sido muy complicado,pero tengo tanta FE en MI SEÑOR AMADO,se que pronto sucedera un milagro y podre vivir en mi casa propia;asi lo Declaro y asi ,sera.
Estimada Adriana:
Muchas gracias por tu comentario. Efectivamente creo que el milagro vendrá. Oraré por ti querida Adriana, para que Dios te regales este milagro. Bendiciones.