Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30
En estos tiempos me he dado cuenta que cada día nos parecen cortos, nos levantamos y entre una cosa y otra ya el día se me termina. Conversando con mis amigos y cercanos, me dicen lo mismo, y me pregunto, ¿es que el día trae menos horas?
El hombre moderno apenas abre sus ojos lo primero que hace es correr, corrimos a nuestro trabajo, trabajamos corriendo, corremos a comer, corremos a nuestras citas, corremos por las calles. La eficiencia en nuestros trabajo depende de hacer muchas cosas en poco tiempo. Así gastamos mucha energía durante el día, y llegamos a casa muy cansados a dormir. La noche se hace corta, porque al día siguiente, volvemos a comenzar nuestro día con la misma vorágine del día anterior.
Así estamos en un mundo donde se nos valora por la capacidad de efectuar mas trabajos en el tiempo, las personas corren, se les pasan los días, nos volvemos estresados, preocupados y muchas veces la vida nos pasa la factura y enfermamos.
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El hombre actual necesita hacer una pausa en su dia. Que le permita a su mente y a su espíritu alimentarse de cosas buenas en su vida, apreciar en su medio, sus hijos, su pareja, la naturaleza, el encanto de las flores, animales, un apretón de manos, un abrazo, pero también y muy importante, una conversación con su creador, la oración de petición, de agradecimiento a su buen Señor.
Créeme querido amigo, que por nuestra naturaleza humana, todos necesitamos un momento con nuestro Dios. La oración es mas que tener un diálogo con Dios, la oración para un cristiano es PODER, VIGOR, FUERZA, FORTALEZA. La oración es un alimento para el alma, muchas personas creen saber orar, pero es necesario saber orar, tal como Jesús les enseñó a sus discípulos como orar: (Lucas 11:2-4)
“Y les dijo: Cuando oréis, decid:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.
Y no nos metas en tentación,
mas líbranos del mal”.
Querido lector, esto es solo un ejemplo de oración, no es una forma de repetición como lo hacen los católicos, tu oración es mas una conversación real con el buen Señor, en ella tu le dices tus necesidades, tus inquietudes, y le pides su bendición para ti y tus seres queridos, todo lo que pidas, pídelo en el nombre de Jesus, ya que EL intercede ante el Dios Padre, y terminas dando las gracias y alabanzas al buen Señor.
Jesus nos dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo7:7
La oración es el remedio efectiva para las preocupaciones, la oración es un alimento, un oxígeno, para el alma. La oración cambia tu perspectiva en la vida, y te entrega una visión positiva, da esperanza y te acerca al buen Señor.
Y recuerda, la preocupación daña tu salud, el optimismo al contrario favorece tu salud mental y física, el apostol Pablo nos dice en Filipenses 4:6-7:
No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.
Así es, la paz del Señor abundará en tu corazón, tu vida sera llena de alegria y amor.
Querido amigo y amiga, me despido de ti deseando que este mensaje haya llegado a ti oportunamente y te bendiga en tu vida.
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile.
