«El amor cubrirá todas las faltas». Proverbios 10:12.
Las heridas que no vemos son, a menudo, las más dolorosas. Esas llagas escondidas están bajo la epidermis de sueños y frustraciones que hemos acumulado a lo largo de la vida.
Toda persona esconde algún dolor profundo. A veces somos conscientes de ello, y en muchas ocasiones no. Muchos lo asumen como parte de su existencia y muchos otros lo niegan; lo cierto es que nadie está exento de sufrir. Todo ser humano lleva, en sí, la huella de algún hecho que lo ha marcado.
Cuando nos enamoramos, lo hacemos también con la ilusión de que la persona que es el objeto de nuestro amor nos ayudará a curar esas heridas que están en nosotros. Y en muchas ocasiones es así.
Conocí a una pareja muy hermosa, en la que él había tenido algunos episodios psiquiátricos muy dramáticos en su juventud, que le habían dejado huellas emocionales profundas. Solía ser desconfiado, distante, incluso hasta brusco. La gente solía alejarse de él por temor. Sin embargo, cuando se enamoró y fue correspondido, sufrió una transformación. Ella logró, con su cariño, despertar lo mejor de él.Alguna vez conversamos, y él me dijo emocionado:
-Ella le dio sentido a mi vida. Mis heridas quedaron en el pasado; soy otra persona.
Y de verdad lo es. Alguien que siente que el amor lo ha convertido en una persona diferente.
El texto bíblico dice que el «el amor cubrirá todas las faltas» (Prov. 10:12). A menudo lo interpretamos en el sentido de que el amor perdona y logra redimir a las personas, y es cierto. Sin embargo, también es posible otra lectura, en el sentido de que el amor cubre nuestras necesidades más profundas, nos da en algún sentido «aquello que nos falta».
La vida nos pone en situaciones en las que somos heridos en contra de nuestra voluntad. Esas heridas nos convierten en osos asustados, que atacan por temor a ser heridos nuevamente. Pero el amor produce el efecto de hacer que las personas se sientan confiadas, que abriguen esperanzas, que sueñen con que todo es posible.
El amor es el mejor bálsamo para nuestras emociones. El amor es el mejor antidepresivo y ansiolítico que conozco. Quien ama y es amado se siente en paz, y eso es un argumento conclusivo y definitivo a favor del amor.
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¿Sientes que el amor que estás experimentando cubre tus heridas? ¿Amas de tal modo que tu vida tiene paz?
Miguel Ángel Núñez: Escritor – Conferenciante – Orientador y mediador familiar – Docente y Teólogo. Chileno / Argentino, Profesor universitario. Ha dado clases en Chile, Argentina, Perú y México. Ha sido profesor invitado para universidades de Colombia, Ecuador, Venezuela, España, EE.UU. y El Salvador. Ha publicado a la fecha 54 libros en castellano, inglés y portugués.
