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SEXUALIDAD PLENA

«Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían».
Cantares 8:7.

Hay muchos que tienen relaciones sexuales, pero que nunca viven realmente la sexualidad. Son gimnastas sexuales, pero no amantes. Tienen orgasmos, pero no plenitud y paz.

Lleva mucho tiempo darse cuenta de que la sexualidad plena no comienza en la cama, sino que es un proceso de todo el día y de todos los días. Es vivenciar una constante y pura seducción que se relaciona con el trato, los afectos y las ganas de hacer feliz al cónyuge.

Las parejas estables experimentan su sexualidad de manera libre, espontánea y satisfactoria. No hay coerción de ningún tipo. Buscan sexualidad más que sexo, plenitud más que orgasmos y amor, antes que mera gimnasia.

No vale la pena esa danza de amantes que solo busca la satisfacción propia y que en ningún caso piensa en el otro.

Viví en un país admirador de un baile altamente sensual y cargado de una cuota de erotismo como ningún otro. La Argentina es la capital del tango. He aprendido a admirar la belleza de una danza que exalta un concepto que fácilmente se pasa por alto: Para amar, hay que aprender el ritmo y las peculiaridades del cónyuge.

Para bailar tango, no solo se necesita saber el baile, sino también los bailarines tienen que coordinar el ritmo, la cadencia y la armonía de sus movimientos. Es una bella forma de decir que la sexualidad

no es un acto animal sino una actividad extraordinariamente bella y cargada con infinitas sutilezas. Así como en el tango, la pareja que no tiene ritmo, cadencia y armonía va a vivir un desastre que malamente podrá llamarse sexualidad.

La sexualidad plena se vive al amparo de una afectividad sana, que está cargada de constantes muestras de cariño, bondad y alegría.

Si no hay abnegación, cortesía, sensibilidad, empatía y paciencia, el contacto físico de los amantes será mero sexo, pero no sexualidad.

La cama de los amantes ha de ser el paraíso; el lugar donde no solo se viven sensaciones placenteras inigualables, sino también la ocasión para sentirse admirados, respetados y considerados hasta en los más mínimos detalles.

Quien goza una sexualidad plena, sin duda, no deseará cambiar dicha situación por nada del mundo. Una vez que se visita el Edén, no dan ganas de salir de él.

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¿Qué experimentas, sexo o sexualidad? ¿Cómo percibes tu relación, como un deber o un placer? Si pudieras calificar tu vida sexual,. ¿qué palabra usarías?

Miguel Ángel Núñez: Escritor – Conferenciante – Orientador y mediador familiar – Docente y  Teólogo. Chileno / Argentino,  Profesor universitario. Ha dado clases en Chile, Argentina, Perú y México. Ha sido profesor invitado para universidades de Colombia, Ecuador, Venezuela, España, EE.UU. y El Salvador.  Ha publicado a la fecha 54 libros en castellano, inglés y portugués.

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