“”Jesús continuó: «Había un hombre que tenía dos hijos.
El menor dijo a su padre: «Dame la parte de la hacienda que me corresponde.» Y el padre repartió sus bienes entre los dos.
El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después, se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada. Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad.
Fue a buscar trabajo, y se puso al servicio de un habitante del lugar que lo envió a su campo a cuidar cerdos. Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba algo.
Finalmente recapacitó y se dijo: ¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre!
Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: «Padre, he pecado contra Dios y contra ti.
Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus asalariados.»
Se levantó, pues, y se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó.
Entonces el hijo le habló: «Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.»
Pero el padre dijo a sus servidores: «¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.”» Y comenzaron la fiesta. Lucas 15: 11-24
En mi experiencia y en las de casi todos los padres, el amor a sus hijos es un sentimiento muy grande que llevamos en el corazón. Yo a mis 65 años lo digo y lo afirmo con mi propia experiencia. Mi hijo mayor, por motivos que no entiendo, encontró una pareja y se olvidó de su casa. Después de algún tiempo de conocer a la chica y enamorarse, cada año venía menos a visitarnos, al final de los años, ya casi no le veía, pasaban las fiestas de Navidad, Año Nuevo, cumpleaños y no le veía, los regalos que comprábamos par Navidad quedaban por meses en mi casa sin que el apareciera a recibirlos, fue una época negra para mí y mi esposa. Sin embargo a razón de una grave enfermedad que me surgió, el me acompañó día y noche, me cuidó y oró por mí recuperación, aún más, volvió a nuestra casa y también a nuestra Iglesia y de haber sido una pésima enfermedad de varios meses, yo recuperé a mi amado hijo, ahora agradezco al buen señor de tener a mi hijo a mi lado, me acompaña a todos los sitios, nos vemos cada Sábado y fin se semana, en la Iglesia y en los momentos de esparcimiento, como subir el Cerro San Cristóbal juntos, con él y sus amigos, salir a pasear y comer juntos. Ya tenemos proyectos para pasar nuestras vacaciones juntos.
Si yo siendo un pobre mortal, tengo este sentimiento por mi hijo, me pregunto cómo será el amor de nuestro Padre Celestial por cada uno de nosotros, así que te digo, si te has apartado del buen Señor, vuelve tus ojos al cielo y pide al él que te perdone, seguro en los cielos habrá fiesta y alegría y el buen Señor te abrazará con amor.
Me despido de ti diciendo si tienes un comentario, pedido de oración o te encuentras abrumado, escríbenos, estaremos contigo en todo lo que podamos y como de costumbre te digo: “Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.” (Números 6: 24-26)
Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile
Gracias por escribir, primera vez que les escribo que Dios me enseñe cada dìa, amar a mis padres ya que tambien tengo hijos que estoy criando y deseo que me amen como yo amo a mis padres, sus publiaciones son hermosas.
Muchas gracias por tu buen comentario, Dios te bendiga a ti, tus padres y también tus hijos.
Es complicado el amor de Dios pero yo me siento muy acompañada por el , hubo un tiempo que mi hija enfermó y yo me sentí que el no me quería y era una ser malvado por lo que yo y mi familia estábamos atravesando por este tan difícil momento, me duele que mi hija tenga una enfermedad y en muchas ocasiones tengo mucho miedo de lo que le pueda suceder o que como se enfermo ella se puedan enfermar mis otros hijos , muchas veces pienso que no me escucha y que nadie me puede ayudar que las cosas pasan solo porque tienen que pasar y nada mas me dicen que si yo pido con fe el me concederá pero lo he hecho muchas veces y no pasa nada .
Estimada Pamela: Siento escuchar que piensas que el amor de Dios es complicado, al contrario, creo que el amor de Dios es perfecto, sin embargo para conocerlo mejor debemos acercarnos a ÉL, conocer sus caminos que a veces no son los que nosotros esperamos. Desde aquí y sin conocer mucho de ti y tu familia, te aconsejo que lo busque en las escrituras y si lo deseas, asiste a alguna de nuestras iglesias, con mucho gusto te ayudaremos a conocer al buen Señor, créeme que será una bendición para ti y tu familia. Suscríbete y te enviaremos un libro a vuelta de correo y ademas te podremos dar la dirección de nuestra iglesia mas cercana, no pierdas esta ocasión, puede ser una señal del cielo.
Super interesante el articulo!!!
Gracias Mia, Bendiciones,