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Un Atleta Actual

“Pero los afanes de este mundo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa” Marcos 4, 19

Estimado amigo y amiga, permitirme contarte en este mensaje, con respecto a los modernos atletas que pasan el día corriendo en el mundo de “progreso” que vivimos en estos últimos tiempos. No me refiero precisamente a los atletas con short y zapatillas sino a los de cuello y corbata.

Comienzan el día corriendo con un desayuno a la rápida, quizás un cereal o quizás algo en un restaurant de comida chatarra, se alimentan mal, apenas ven a sus hijos y con suerte hablan con sus parejas. Al final del día llegan exhausto a sus casas, comen en exceso y mal, y sus cuerpos y salud se recientes, aparecen kilos demás y a veces alguna mala enfermedad, hipertensión, diabetes, etc.

No hay tiempo para la familia ni para el buen Señor, esta vorágine no permite hacer un alto y a veces ni siquiera el fin de semana, no hay tiempo para arrodillarnos y contactarnos con nuestro amado Señor, meditar y redirigir nuestros pasos.  Esto te lo cuento basado en mi propia experiencia, cuando buscaba el éxito sin darme cuenta o entender siquiera cual era el significado de la palabra “éxito”, es decir, ¿más dinero?, ¿más reconocimientos de mis pares?, ¿más comodidades y lujo?. La verdad que esto sólo me vino a quedar claro después de una grave enfermedad en los últimos años de mi vida, curioso, en la enfermedad tuve tiempo para recapacitar.  Así queridos amigos, les escribo para todos esos atletas de  la vida y el progreso que se den el tiempo necesario para encontrarse a sí mismos, con nuestro buen Padre y nuestra familia.

Yo no estoy contra el progreso ni el trabajo, pero sí digo que es necesario que cada día nos demos el tiempo necesario para las comunicaciones celestiales, miremos a nuestro alrededor y agreguemos algo de valor a nuestra existencia, si eres un genio y puedes hacer muchas cosas, no olvides cuál es tu verdadera esencia y motivo de tu existencia en esta tierra, así quizás puedas tener el éxito verdadero que es tu contacto con Dios.

Hace mucho tiempo atrás circuló un email en relación al progreso, que quiero compartir contigo, léelo con calma y piensa si es realmente cierto lo que se afirma,  aquí te lo dejo para que lo leas:

¿Progreso?

Tenemos edificios más grandes, pero una paciencia más corta; autopistas más anchas, y puntos de vista más estrechos; gastamos más y tenemos menos;

compramos más, pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; más conveniencias, pero menos tiempo; tenemos más títulos, y menos sentido común; más conocimiento y menos juicio; más expertos pero más problemas; más medicina y  menos bienestar.

Gastamos sin cuidado, nos reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos muy pronto, nos acostamos muy tarde, nos levantamos muy cansados, vemos demasiada televisión y raras veces oramos.

Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores.

Hablamos demasiado, amamos muy poco y mentimos muy a menudo.

Hemos aprendido a ganarnos el pan, pero no la vida; hemos añadido años a la vida, pero no vida a los años.

Hemos ido y regresado a la luna, pero tenemos problemas al cruzar la calle para conocer al nuevo vecino.

Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el interior;

Hemos hecho grandes cosas, pero no mejores; hemos limpiado el aire, pero hemos contaminado nuestras almas; hemos desintegrado el átomo, pero no nuestro prejuicio; escribimos más y aprendemos menos; planeamos más, pero conseguimos menos.

Hemos aprendido a apurar, pero no a esperar; tenemos ingresos más altos, pero una moral más baja; mas alimentos y menos tranquilidad; más conocidos y menos amigos; más esfuerzo y menos éxito.

Producimos más computadoras para guardar información y hacer más copias que nunca, pero menos comunicación; hemos llegado a ser grandes en cantidad, pero pequeños en calidad.

Estos son tiempos de comida rápida y digestión lenta; hombres famosos caracteres pequeños; grandes ganancias y relaciones superficiales.

Estos son tiempos de paz mundial, pero violencia doméstica; más ocio menos diversión; más variedad de alimentos y poca nutrición.

Estos son días de dos ingresos, pero más divorcios; de casas más elegantes hogares rotos.

Estos son días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad desechable, sexo de una noche, cuerpos obesos y píldoras que hacen cualquier cosa, desde alegrar y aquietar, hasta matar.

Este es un tiempo cuando hay mucho en las vidrieras y poco en el almacén

¿Sabes querido amigo? Medita bien en lo que ocurre a tu alrededor, date un tiempo en ver qué sucede en el mundo, digo esto porque necesariamente estamos viviendo  en un momento muy especial de la humanidad, y a mi juicio, estamos en los últimos estertores de la humanidad que concuerdan plenamente, con las señales que nos indican la vuelta de nuestro señor Jesús y el término de la humanidad.

Finalizo este mensaje de la semana con palabras de esperanza y amor, si tienes una inquietud, deseas darnos tu opinión o necesitas que oremos por ti, no dudes en escribirnos, me despido como de costumbre: Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.

 Rafael Arriaza, es Chileno / Español, MBA en Economía por la U. Autónoma de Madrid y Empresario en Chile

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