UNA VIDA SIN LIMITES

Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1

El titulo de este mensaje se refiere Nick, un niño que nació sin brazos ni piernas pero con la Fe en Dios logró ganar la batalla de su vida. En su libro “Una Vida si Límites”,  él nos cuenta la historia de sus discapacidades físicas de y la batalla emocional que ha librado para enfrentarlas como niño, adolescente y ahora, como adulto. Durante mucho tiempo, en la soledad, me preguntaba si había alguien en el mundo como yo; me preguntaba si había otro propósito para mí en este planeta que sólo sufrir y ser humillado. Nick nos comparte cómo su fe en Dios que ha sido una fuente central de fuerza y explica que una vez que encontró su propósito –inspirar a los demás para hacer de su vida y el mundo algo mejor–, descubrió la confianza suficiente para construir una existencia productiva y provechosa; ¡sin límites!

En el libro de Mateo 14:22-33 podemlos leer: “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. ²³ Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. ²⁴ Ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas, porque el viento era contrario. ²⁵ Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar. ²⁶ Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar, se turbaron, diciendo:

—¡Un fantasma! Y gritaron de miedo.

²⁷ Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: —¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis.

²⁸ Entonces le respondió Pedro, y dijo: —Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

²⁹ Y él dijo: —Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

³⁰ Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame!

³¹ Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: —¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

³² En cuanto ellos subieron a la barca, se calmó el viento.

³³ Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo: —Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

Si nos situamos en la historia, vemos que Pedro ya conocía a Cristo, de hecho, la historia se sitúa después de que Cristo alimenta cinco mil personas, es decir, Pedro sabía del poder de Dios, conocía sus milagros, sus obras y muy probablemente ya lo reconocía como el hijo de Dios, además, tenía a la vista a Cristo, ¡estaba enfrente de él! Entonces ¿Cómo es que cae?. La verdad es que Pedro físicamente veía a Jesús pero su concentración estaba en otra cosa, quizás su ego, quizás que probaría que era mejor que sus hermanos en la fe, quizás pensó en su mujer, sus posesiones, que era un hombre de mar, etc.

El punto es que él veía a Cristo porque nosotros no vemos a Jesús físicamente. Muchas veces tendemos a caer por nuestra naturaleza humana, porque no vemos a Jesús, no lo sentimos físicamente y menos tenemos la posibilidad de palparlo. Sin embargo, podemos saber que Cristo está entre nosotros de una forma diferente: por la fe.  Pero ¿qué es la fe?.  Hebreos 11:1 lo explica de maravillas: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”, y es con la convicción de lo que no se ve, es que sabemos que Dios está ahí sin que lo veamos. Ahora, como dice el pastor Carlos Campitelli, es fácil tener fe si hasta un ateo tiene fe (por ejemplo cuando uno se sube a un taxi no le pide su licencia de conducir o si estará concentrado en manejar sencillamente se sube y va a su destino, o ir a un restaurant y pedir un jugo natural uno no va con el mesero a ver como prepararon el jugo), el punto es en qué o en quién se tiene fe. Pedro mientras se ahogaba pudo tenerla en un flotador o una persona que se tirara mientras se ahogaba, pero el flotador puede venir malo o esa persona no saber nadar y se ahogaban ambos, pero Pedro en ese minuto en que cayó depositó su fe en el único salvavidas que no falla y cuyo nombre es Jesús. Lo más maravilloso de esta realidad es que Cristo siempre está dispuesto a tenderte el brazo y llevarte de nuevo a la balsa, y decirte: “Yo lo único que quiero que es que confíes en mí, que tengas fe en mí”

Prueba a Cristo con fe y te darás cuenta que el mejor salvavidas para tu vida en Cristo Jesús.

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Estimado amigo, ¿Como está tu fe?, ¿Necesitas ayuda?. Escríbenos y oraremos por ti

RODRIGO POZO: Es adventista, estudiante de Derecho y tiene 24 años.